Si llevas varios años dando pedales y no tiras las cosas al primer cubo de basura que encuentras, es bastante probable que hayas acumulado en casa un montón de piezas y partes que ya han agotado su vida útil. Incluso puede que tengas alguna bici en el dique seco por una rotura en el cuadro o porque simplemente te has comprado una nueva y la anterior ha quedado en el olvido.
Lo cierto es que, bien sea por el desgaste o por la vorágine consumista, al final almacenamos cassettes, cadenas, cámaras, cubiertas y otras piezas sin saber muy bien qué hacer con ellas. Está claro que lo más sencillo es tirarlas a cualquier contenedor de basura y olvidarse de ellas, pero no es lo más responsable ni lo más ecológico porque todo puede tener una segunda, tercera, cuarta… vida. Todo lo usado, gastado y/o estropeado se puede reciclar, y siempre hay alguien que puede utilizar lo que nosotros no hayamos terminado de desgastar.
Antes de ver qué podemos hacer con cada pieza, tenemos que señalar que la actitud más respetuosa con el medio ambiente empieza con el adecuado uso de las partes, por ejemplo: una cubierta hinchada a la presión correcta tarda más en desgastarse. Lo siguiente es limpiar y mantener la bicicleta correcta y regularmente. Así prolongas la vida útil de todas las partes, te ahorras dinero y acumularás menos residuos. Dicho esto, empieza a revisar las cajas de material usado que es hora de reciclar.
Piezas metálicas
Los cassettes, cadenas, platos, bielas, manillares, potencias, tijas de sillín, ruedas, pedales, frenos, discos de freno, cuadros y horquillas, que estén usados o rotos y que sean de aluminio, acero o titanio se pueden reciclar con relativa facilidad.
Si tienen elementos de plástico, lo primero que debes hacer es retirarlos, aunque en ocasiones es complicado por no decir imposible. Lo segundo es limpiar las piezas lo mejor posible. El siguiente paso es depositarlas en el contenedor de metales del punto limpio más cercano o llevar las piezas a una chatarrería.
Todo lo que no esté usado, roto o desgastado lo puedes poner a la venta o bien hacer una búsqueda en Google para encontrar la tienda u organización especializada en reciclaje de bicicletas para que usen las piezas en otra bici.
Si te gustan las manualidades, aquí tienes unas cuantas ideas para dar una segunda vida a las partes metálicas de tu bici: lámpara con un cuadro, flores con cassette y cadena, abrebotellas, adorno navideño y otras 10 ideas con cadenas, soporte para colgar la bici con un manillar, lámpara con manillares, perchas con llantas…
Cubiertas y cámaras
Tanto las cubiertas como las cámaras se pueden y se deben reciclar, otra cosa es que el proceso de reciclaje a pequeña escala y solamente de cubiertas y cámaras, sea eficiente dada la poca cantidad de caucho que contienen respecto a las cubiertas de otros vehículos.
De todas formas no hay que tirar a la basura ni las cubiertas ni las cámaras, porque no se descomponen fácilmente y contienen materiales tóxicos y contaminantes (caucho sintético, negro de carbon, sílice…), además del Nylon de la carcasa y el acero o kevlar del aro.
Para reciclarlas hay varias opciones:
- Llevarlas a un punto limpio para ver si las recogen y reciclan.
- Consultar con las tiendas de bicicletas más cercanas para saber si tienen algún sistema de gestión de cubiertas y cámaras. Schwalbe por ejemplo tiene un sistema de recepción de sus cámaras en los puntos de venta de Alemania, Austria, Suiza, Italia y Holanda.
- Darles una segunda vida como carteras o cinturones.
Si quieres inspiración, aquí tienes lo que hace Cycle Of Good con las cámaras que le envían desde las tiendas afiliadas. Una búsqueda en Google puede darte ideas para utilizar todas esas cámaras y cubiertas usadas.
El problema de la fibra de carbono
La fibra de carbono es un material magnífico para el ciclismo. Ligero, rígido, resistente y que no tiene fecha de caducidad. Es decir, que aunque pueda perder algo de su rigidez, dura para siempre, casi eternamente. Algo que es bueno para poder disfrutar de una bicicleta, manillar o ruedas durante mucho tiempo, pero que, en caso de fractura o rotura, supone un problema a la hora de reciclar, pero se puede, hay empresas por todo el mundo que lo hacen. Es un proceso costoso y poco ecológico del que se obtienen materiales que aunque no se pueden usar en nuevas bicicletas sí que pueden servir para otras cosas. Por ejemplo, industrias que emplean mucha fibra de carbono, como la aeronáutica, la reciclan y reutilizan en otras partes de los aviones o en ordenadores portátiles.
Empecemos diciendo que lo que no podemos hacer es tirar la fibra de carbono a la basura para que acabe en un vertedero. Aclarado esto, hay que admitir que por lo general ni los puntos limpios ni las tiendas de bicicletas tienen sistemas de gestión para recoger y reciclar la fibra de carbono. En realidad, ni la propia industria del ciclismo se había preocupado hasta hace unos años y son muy pocas las marcas que a día de hoy se preocupan por ofrecer al cliente la recogida de su bici o pieza para ser reciclada. Por tanto, tenemos un problema con el uso masivo de la fibra de carbono en las bicicletas y hay que buscar una solución. Ya hay gente buscando soluciones y marcas tratando de reciclar la fibra de carbono desechada en la producción.
Mientras tanto, quizás es hora de que las marcas implementen un sistema de gestión utilizando sus puntos de venta como lugares de recogida a los que poder llevar no solo las partes de fibra de carbono irreparables, sino también el resto de componentes que hemos mencionado en este artículo. Por lo que nos toca, los ciclistas debemos tomar conciencia cuidando el material, reparándolo si fuese posible y nunca tirándolo a la basura porque, como dice Annie Leonard, No existe el concepto de «deshacerse» de las cosas. Cuando tiramos algo siempre va a alguna otra parte.