Cuando te inicias en el ciclismo, tarde o temprano tendrás que lidiar con un pinchazo y tendrás que inflar la rueda después de la reparación. Las dos opciones más comunes son las bombas tradicionales y los infladores + bombonas o cartuchos de CO2, aunque últimamente también se están añadiendo los mini-infladores eléctricos, pero de momento no tiene pinta de que le vayan a comer terreno a las dos opciones principales. Ambas tienen ventajas y desventajas, así que aquí te explicamos todo para que elijas la que mejor se adapte a tus necesidades.
Bombas Tradicionales
Cuando hablamos de bombas tradicionales, no hablamos de las bombas de pie, sino de las bombas de mano que son lo que la gran mayoría de ciclistas usan y probablemente la primera opción que veas en las tiendas. Estas bombas vienen en varios tamaños, pero actualmente las más usadas son las bombas de tamaño medio/pequeño que se pueden enganchar al cuadro de la bicicleta o llevar en los bolsillos del maillot/chaqueta, y las mini bombas que pueden entrar en una bolsa de sillín o en un bote portaherramientas.
Ventajas:
- Siempre funcionales: No dependen de cartuchos ni de gas, solo dependen de que las mantengas en buen estado y de la fuerza de tus brazos, así que no te quedas sin aire pinches 1, 2 o 3 veces. Aunque te puedes quedar sin cámaras o tener que tomarte un respiro para lograr la presión adecuada en la rueda.
- Duraderas: Si la cuidas, una buena bomba puede durar años, por tanto, una buena bomba será una inversión muy rentable.
- Fácil de usar para principiantes: Si bien con una mini bomba puede llevar un tiempo inflar la rueda e incluso puede que no llegues a una presión alta, lo cierto es que para reparar el pinchazo y salir del paso, solo necesitas poner la boquilla y bombear.
Desventajas:
- Tiempo y esfuerzo: Inflar una rueda a mano con una bomba puede ser cansado, especialmente si usas una bomba pequeña o una mini bomba. A veces toma varios minutos alcanzar la presión adecuada y no todos los modelos son capaces de alcanzar presiones altas. Siempre puedes llevar el pequeño adaptador para llegar a la gasolinera más cercana y meterle toda la presión que necesites.
- Tamaño: Aunque las bombas mini son fáciles de llevar, suelen requerir más esfuerzo para inflar la rueda. Las bombas de tamaño medio/pequeño son mejores, pero ya requieren un adaptador para llevarlas en la bicicleta, si es que no quieres meterla en los bolsillos de atrás del maillot.
- No siempre es rápida: Como hemos dicho, cuanto más pequeña sea la bomba, más bombeos tendrás que dar. Así que, si tienes prisa o tus compañeros tienen prisa o si, principalmente, estás participando en una carrera, no es la mejor opción.
Infladores + bombonas o cartuchos de CO2
Este sistema consiste en un pequeño inflador al que se conectan bombonas de CO2 que son pequeños cartuchos llenos de gas comprimido que infla tu rueda en segundos. Suelen ser populares entre ciclistas que compiten habitualmente, sobre todo en MTB, o quienes buscan la opción más rápida y portátil.
Ventajas:
- Rápida: Puedes inflar una rueda en unos segundos, lo que es genial si estás apurado o en medio de una ruta larga.
- Compacta y ligera: Son muy fáciles de llevar, ya que las bombonas y el inflador son pequeños y caben fácilmente en el bolsillo o en una bolsa/bote de herramientas.
- Sin esfuerzo: No necesitas bombear, solo conectas el inflador y el gas hace todo el trabajo por ti.
- Talonar tubeless: Gracias al flujo de aire tan rápido, con un inflador de CO2 puedes talonar una cubierta tubeless. Algo imposible con una bomba normal.
Desventajas:
- Cantidad limitada: Cada cartucho solo se puede usar una vez. Si fallas al usarlo correctamente o tienes varios pinchazos en una salida, podrías quedarte tirado y tener que llamar a alguien para que vaya a recogerte. Si optas por esta opción, siempre es mejor llevar más bombonas que cámaras. Es decir si llevas 2 cámaras, lleva tres bombonas, por lo que pueda pasar.
- Costo: Aunque el inflador es reutilizable, las bombonas de CO2 no lo son, lo que implica un gasto continuo.
- No es ideal para empezar: Si no sabes cómo usarla, podrías desperdiciar gas o inflar la rueda de más, causando un problema mayor. Si eres principiante y optas por este sistema, es mejor que practiques antes para no verte en un apuro.
- Impacto ambiental: Las bombonas de CO2 son de un solo uso, lo que sin duda genera más residuos, además del CO2 que estás emitiendo. Para poner esto último en su justa medida, un coche de tamaño medio en Europa emite una media de 143 gramos de CO2 por km. Una bombona tiene 16 o 25 g.
Recomendaciones sobre cómo usar un inflador de CO2 y las bombonas
Usar un inflador de CO2 con bombonas puede ser muy rápido y útil, pero es importante saber cómo hacerlo correctamente para evitar problemas como desperdiciar gas, dañar la cámara o la cubierta, y, lo más importante, no hacerse daño. Por eso, aquí tienes algunas recomendaciones clave para usar un inflador de CO2 y las bombonas de forma eficiente.
1. Practica antes de salir
Es recomendable practicar con el inflador en casa antes de salir a la carretera o a la montaña. De esa forma, estarás más seguro en caso de que tengas que usarlo en una situación de emergencia, y evitarás errores que puedan costarte una llamada a casa.
2. Cuidado con el enfriamiento del inflador y la bombona
Las bombonas de CO2 se enfrían rápidamente al liberar el gas, y pueden ponerse muy frías al tacto. Por eso la gran mayoría de fabricantes de infladores de CO2 añaden algún tipo de funda para la bombona. Si no la tienes, usa guantes o algo que te proteja las manos para evitar quemaduras por frío.
3. Elige el inflador adecuado
Existen diferentes tipos de infladores de CO2:
Con regulador de flujo: Estos te permiten controlar la cantidad de gas que sale, lo que es útil para evitar inflar de más. También permiten cerrar el flujo si no necesitas usar todo el cartucho en una sola vez. Aunque no es recomendable guardar la bombona enganchada al inflador. Hay reguladores de palanca y de rosca (los más habituales), e incluso puedes encontrar infladores con manómetro para no pasarte ni un psi más.
Sin regulador de flujo: Son más sencillos y baratos, pero liberan todo el gas en un solo uso, lo que significa que no puedes detener el proceso una vez que empieza. En realidad, sí que existe regulación, pero se hace con la presión ejercida sobre la válvula.
Para principiantes, es recomendable optar por un inflador con regulador, ya que te da más control y reduce errores.
4. Usa la bombona correcta
Las bombonas de CO2 vienen en tamaños diferentes (16 g, 20 g y 25 g). Asegúrate de usar el tamaño adecuado para el tipo de neumático que tienes:
16 g: Adecuado para la mayoría de las bicicletas de carretera.
20 g o 25 g: Recomendados para bicicletas de montaña o neumáticos más grandes.
Si usas una bombona más pequeña en un neumático grande, puede que no sea suficiente para inflarlo completamente.
Verifica que la rosca de la bombona es compatible con tu inflador.
5. Revisa la compatibilidad de válvulas
Los infladores de CO2 suelen ser compatibles con los dos tipos de válvulas más comunes: Presta (la fina) y Schrader (la gruesa).
Verifica que el inflador sea compatible con la válvula de tus neumáticos o que tenga adaptadores para ambas.
6. Pasos para usar el inflador de CO2
Tanto si tienes cámara como si usas tubeless, lo primero que debes hacer es reparar el pinchazo, comprobando que no queda nada en la cubierta que pueda hacerte pinchar de nuevo.
En este video puedes ver como hacerlo si usas cámara:
Si tienes tubeless, es más difícil pinchar, pero puede suceder. Aquí puedes ver cómo hacerlo:
Una vez sustituida la cámara o reparado el pinchazo. Si tienes tubeless, comprueba que la cubierta está bien talonada para evitar fugas. Si tienes cámara, verifica que esta no está pillada entre la cubierta y la llanta.
Enrosca la bombona en el inflador. Si este tiene regulador de flujo, hazlo hasta que haga tope. Si es básico y ni siquiera tiene regulador de flujo por presión, no enrosques a tope para no perforar el cartucho hasta que estés listo para inflar.
Coloca el inflador en la válvula. Asegúrate de que el inflador esté bien ajustado o enroscado en la válvula. Si usas una válvula Presta (la fina), recuerda abrir la pequeña tuerca antes de inflar.
Libera el gas lentamente. Si tu inflador tiene regulador, abre el flujo de CO2 lentamente para evitar inflar demasiado rápido o inflar de más. Esto te permitirá detenerte cuando alcances la presión deseada. Si tu inflador no tiene regulador, una vez que lo actives, todo el gas saldrá de una vez, por lo que debes estar atento para que la presión no sea excesiva.
Detén el flujo una vez que la llanta esté inflada. Si usas un inflador con regulador, cierra el flujo cuando la llanta esté inflada a la presión correcta. Luego, retira con cuidado el inflador de la válvula y vacía la bombona.
Si es un inflador sin regulador, retira el inflador y espera a que la bombona se vacíe por completo.
Guarda el inflador y bombonas usadas. Recicla las bombonas de CO2 vacías en un lugar adecuado para reducir el impacto ambiental.
Por último, al llegar a casa, es recomendable desinflar e inflar las ruedas con una bomba de pie, porque el CO2 se esfuma con el paso del tiempo y te parecerá que vuelves a tener un pinchazo. Además, si usas tubeless, el CO2 no hace buenas migas con el líquido sellante.
¿Cuál es la mejor opción para ti?
Depende de tu nivel de experiencia, del tipo de ciclismo que quieras practicar, de tus necesidades/gustos y de la prisa que tengas.
Si eres un ciclista recreativo o alguien que no tiene mucha experiencia, una bomba tradicional es ideal. Te permitirá inflar tu rueda sin preocuparte por quedarte sin aire en mitad de una ruta. Además, no hay mucha ciencia en usar una bomba, solo paciencia y fuerza.
Si prefieres salir con el equipo más ligero y rápido, hacer MTB, o te gusta competir, un inflador + bombona de CO2 es la solución perfecta. Sin embargo, asegúrate de practicar antes de que necesites hacerlo en un apuro.
Ambas opciones tienen sus pros y contras. Incluso puedes encontrar mini bombas híbridas que pueden funcionar como bomba y como inflador de CO2. Al final, lo importante es llevar uno de los sistemas de inflado cuando salgas a pedalear.