A día de hoy, el carbono es el material más utilizado en la fabricación de bicicletas. Gracias a la combinación de resistencia y ligereza se logran cuadros con unas prestaciones incomparables. Además, los ingenieros pueden dejar volar su imaginación y, si la UCI se lo permite, fabricar bicicletas con diseños innovadores que mejoran el rendimiento del ciclista. Pero, para que un cuadro de carbono funcione y luzca como el primer día, hay que cuidarlo. Si quieres saber cómo hacerlo, aquí van nuestros consejos para cuidar una bicicleta de carbono:
Precaución e información
Si acabas de comprar tu primera bicicleta con cuadro de carbono, aplica el principio de precaución. Es decir, antes de hacer nada más allá de dar pedales, busca información como la que hay en este post.
Empezando por el manual de usuario/propietario que se puede leer/descargar en la web del fabricante. También puedes resolver tus dudas en la tienda donde hayas comprado la bici y por supuesto en el infinito mundo de los foros, webs y redes sociales.
Cuanta más información de calidad tengas, mejor. Piensa que simplemente apretar en exceso el tornillo del anclaje de la tija del sillín puede dañar un cuadro de carbono. Así que cuidado. Y si no sabes o no quieres saber, entonces lleva la bici al taller.
Aparcamiento, transporte y guardado
Principio de precaución y un poco de información en forma de recomendaciones para aparcar, transportar y guardar la bicicleta
- No aparques la bici con un solo punto de apoyo. Aunque parezca seguro, la bici puede moverse por arte de magia, por el viento o por algún roce.
- Cuidado con los postes, farolas y árboles. Un ligero movimiento puede rallar la pintura del cuadro y el carbono.
- En pendiente, aparca la bicicleta mirando hacia arriba y con dos puntos de apoyo (rueda trasera y manillar).
- Lo ideal es un aparcamiento específico para bicicletas, pero si no lo hay, asegúrate de que tienes doble apoyo sobre una superficie plana. Como último recurso, tumba la bicicleta con cuidado en el suelo apoyándola sobre el lado sin cambios.
- Al guardar y transportar la bicicleta, evita las altas temperaturas. Por ejemplo, dejar la bici al sol, dentro de un coche, al lado de la calefacción…
- No dejes la bicicleta al aire libre. Sobre todo si vives cerca del mar. Si no tienes otra opción, protégela con una funda para evitar la exposición a la humedad, suciedad y la corrosión por la salinidad.
- En el transporte, asegura bien la bicicleta y protege el cuadro con trozos de espuma en los puntos de fijación.
- No aprietes demasiado las fijaciones porque puedes dañar el carbono.
- Comprueba que no haya movimiento y que el cuadro no entra en contacto con el portabicicletas, el vehículo, otras bicicletas o el resto del equipaje. Si hay zonas de contacto, usa algún tipo de acolchado para protegerlas.
Protección para el cuadro
No todas las bicicletas sufren igual. Un cuadro necesitará mayor o menor protección, según la modalidad de ciclismo que practiques, tu estilo de conducción, el tipo y diseño de bicicleta, y el terreno por donde te muevas. Una bicicleta de carretera con cableado oculto, usada por carreteras más o menos limpias, necesita poca. Todo lo contrario que una de enduro.
Estas son las zonas que más sufren:
- Vaina del lado de los cambios. Suele sufrir pequeños impactos de la cadena por las vibraciones del terreno. Sobre todo en offroad. Aunque lo más habitual es que la cadena se salga del plato y caiga sobre la vaina.
- Zona del pedalier. Cuando la cadena se sale del plato y cae hacia dentro, hay que dejar de pedalear para evitar que se enganche entre el cuadro y el plato. Si pedaleas puedes dañar el carbono. En MTB, gravel y ciclocross, el daño también lo puede provocar la suciedad que lanza la rueda y que, cuando hay mucho barro, puede frenarla arañando el pedalier.
- Roces con los cables. Muchas bicis actuales tienen cableado interno y oculto, pero muchas otras llevan los cables por fuera y pueden rozar con el cuadro. Hay que proteger los puntos de contacto con pegatinas para cuadros o con gomas para cables.
- Tubo inferior. Esta zona sufre sobre todo en las disciplinas offroad por lo que proyecta la rueda delantera. Puede ser grava fina o piedras de considerable tamaño. Cuanto más hardcore sea el terreno, mayor debe ser la protección.
- Tubo superior. Aquí el peligro viene del manillar o de las palancas de cambio y freno. Si sufres una caída o la bicicleta se cae, el tubo puede recibir un arañazo o golpe importante. Mueve tu manillar para ver si este o los mandos tocan con el tubo. Si lo hacen, protégelo con una pegatina protectora.
- Bolsas de bikepacking, guardabarros y otros accesorios montados sobre el cuadro, pueden desgastar la pintura y dañar el cuadro si no se toman precauciones. Usa pegatinas o cinta adhesiva protectora.
En realidad, cualquier parte del cuadro puede sufrir algún daño. Por eso, en el mercado hay protecciones completas que se pegan al cuadro como escudo protector. Muy recomendables, si practicas disciplinas offroad y quieres mantener tu bici en el mejor estado posible. Si simplemente quieres proteger el cuadro de los cables o algunas zonas en concreto, también hay sets de pegatinas. Otras opciones son: gomas para los cables, neopreno para la vaina, protecciones de plástico duro…
Limpieza y retoque superficial
Limpiar un cuadro de carbono no tiene complicación. Con agua tibia, jabón y cepillos suaves es suficiente. Antes de usar cualquier desengrasante, asegúrate de que es válido para bicicletas de carbono porque algunos no lo son.
Si sudas mucho y haces ciclismo indoor, limpia y seca bien la bicicleta para evitar corrosión por la sal y acidez del sudor. Sobre todo en las rendijas y tornillos
Cuando seques la bicicleta, revisa el cuadro para detectar daños. Una pista puede ser que el trapo se engancha en algún lugar. Si detectas un arañazo o descascarillado superficial, usa esmalte de uñas transparente para sellarlo y evitar que vaya a más.
Mantenimiento e instalación
Si eres tu propio mecánico y reparas las averías e instalas los nuevos componentes, presta atención a las siguientes recomendaciones:
- No fijes el cuadro al soporte o caballete de reparación. Usa la tija y, si esta es de carbono, asegúrate de que la pinza o mordaza no está excesivamente apretada.
- Emplea las herramientas adecuadas para cada caso. Sobre todo, la llave dinamométrica para realizar el apriete recomendado.
- Usa la grasa y pasta de montaje que recomiende el fabricante para cada componente y cada zona del cuadro.
Si no cuentas con las herramientas adecuadas y no tienes ni idea de mecánica, es mejor llevar la bici a la tienda para ahorrar tiempo y disgustos.
Revisión y reparación
Además de la inspección rutinaria al secar la bici, es recomendable hacer una revisión periódica en profundidad. Sobre todo cuando aparecen ruidos que antes no estaban. Pueden venir de algún componente, pero siempre es mejor prestarle atención que lamentarse después porque el carbono no es eterno y, en ocasiones, los procesos de fabricación y verificación del fabricante fallan. Entonces, hay que conocer la garantía del cuadro y si estamos a tiempo para usarla.
Cuando se sufre una caída, un accidente con otro vehículo o cualquier otro tipo de impacto serio, y la bicicleta no tiene daño aparente, es recomendable dejar de usarla y llevarla a un experto en carbono para que la revise a fondo porque, al contrario que las de metal, el daño en el carbono puede ser invisible incluso para los ojos más entrenados y puede manifestarse repentinamente. Si el profesional cualificado encuentra evidencias de daño, lo habitual es que de su opinión sobre si es posible una reparación, cuánto costaría y cuál sería el resultado final. En muchas ocasiones, no merece la pena y es mejor reemplazar el cuadro.