Este post está dedicado a todos esos mecánicos que sufren y maldicen cuando una bicicleta entra en el taller con un problema que se podría haber evitado si el propietario se hubiese preocupado en informarse y ser previsor. De parte de todos los ciclistas, perdón porque muchas veces cometemos los siguientes errores y pecamos de…
Exceso de confianza
Hay que admitir que en muchas ocasiones los ciclistas pensamos que “esto lo arreglo yo en 5 minutos” y después nos damos cuenta de que no era tan sencillo como parecía y que nos hemos metido en un jardín del que solo vamos a salir llevando la bici al taller. Por muchos videos y tutoriales de YouTube que uno haya visto, una cosa es verlo y otra hacerlo. Hay determinadas reparaciones y mantenimientos que es mejor dejar en manos de un profesional, sobre todo cuando no tenemos las herramientas adecuadas y queremos hacerlo deprisa y corriendo. Ya lo dijo Sócrates: “La verdadera sabiduría está en reconocer la propia ignorancia”.
No usar la indumentaria adecuada
Antes de hacer reparaciones, cambiar piezas o limpiar la bicicleta, lo primero que hay que hacer es ir vestido y protegido para no lastimarse o mancharse. Puedes ponerte a limpiar y engrasar toda la transmisión en chanclas, sin guantes y con camiseta blanca, pero ten por seguro que las consecuencias van a ser desagradables.
Para no ensuciarse ni magullarse en las manos hay que usar guantes (látex, silicona o de tela fina). No trabajes con ropa blanca ni con prendas que aprecies, por ejemplo la misma ropa de ciclismo. Ponte ropa oscura y que no uses habitualmente. Si haces mucho mantenimiento, compra un delantal con bolsillos. Son realmente útiles. Por último, no uses chanclas o sandalias porque los descuidos y, sobre todo, la gravedad pueden hacer que las herramientas y piezas caigan sobre tus pies.
Utilizar herramientas de mala calidad
Es cierto que unas buenas herramientas son caras, pero no las veas como un coste sino como una inversión. Facilitan el trabajo y con ellas evitas problemas que te obliguen a reemplazar la pieza.
Úsalas y guárdalas bien para que duren más tiempo. Para lo primero, si no sabes cómo utilizar una herramienta, pregunta o busca videos en YouTube. Para lo segundo, es importante tener las herramientas limpias y organizadas. Así no se pierden y siempre están listas para ser usadas.
Vamos a poner como ejemplo las llaves Allen, que son las herramientas más usadas. Unas de mala calidad o desgastadas pueden redondear la cabeza de los tornillos y hacer que no puedas aflojarlos o apretarlos. Por eso es importante tener un juego de llaves Allen de buena calidad y también una dinamométrica, como veremos en el siguiente error.
Apretar en exceso (o por defecto) los tornillos
Por lo general, siempre nos pasamos más por exceso que por defecto. Si apretamos demasiado, podemos dañar la pieza a la que pertenece el tornillo y también otras partes de la bicicleta. Por ejemplo, cuando apretamos demasiado los tornillos de la potencia podemos dañar el tubo de la horquilla o el manillar. Si apretamos en exceso el tornillo de la tapa de la dirección, podemos dañar la propia dirección y también el tubo de la horquilla. Cuando nos pasamos de fuerza en el cierre del sillín podemos estropear la tija e incluso llegar a dañar el cuadro de la bicicleta.
De ahí la importancia de la llave dinamométrica. Sí, son caras, pero la avería por pasarte apretando puede ser aún más cara. Y si te quedas corto y dejas los tornillos flojos, pones en riesgo tu seguridad y la de otras personas (ciclistas, peatones y conductores de otros vehículos).
Usar mal el lubricante y las grasas
Aplicar demasiado lubricante en la cadena, no limpiar la cadena y la transmisión antes de poner lubricante, usar un tipo de lubricante incorrecto para el terreno, poner lubricante o aceite en los frenos para que dejen de chirriar, aplicar grasa donde no toca y no usarla donde sí tiene que haber o utilizar la grasa incorrecta. Estos son los errores más comunes en el uso de lubricantes y grasas.
Las soluciones son relativamente sencillas, pero la explicación sería muy extensa, así que aquí van un par de videos que explican los tipos de lubricantes y grasas, dónde y cómo usarlos, y cómo limpiar y lubricar la transmisión:
Y no, ni se te ocurra aplicar lubricante o grasa a los frenos de disco o de zapata. Si suenan puede ser porque estén húmedos, gastados, sucios o contaminados por algún aceite o lubricante que hayas estado usando. Primero comprueba que todo está en buen estado y no necesitas reemplazar algo y después limpia y seca los discos y pastillas, si tienes frenos de disco, y la zona de frenado de las llantas y las zapatas, si son frenos de llanta. Así deberían desaparecer los ruidos.
No sustituir la cadena
Para no irnos muy lejos, seguimos con la parte de la transmisión que más sufre y que, por tanto, debemos prestar especial atención: La cadena.
Una bien cuidada, limpia y engrasada, puede llegar durar en torno a 2000-3000 km. Depende del uso y del ciclista. Imagina cuánto puede durar una que no haya tenido el mantenimiento adecuado. Y cuanto más tiempo se use una cadena en mal estado, más desgasta el cassette y los platos y peor será el cambio de marchas. Además de que perdemos eficiencia en cada pedalada y dinero porque una cadena es mucho más barata que un cassette o unos platos.
La solución es comprar un medidor de cadena e ir comprobando periódicamente (cada 500 km) el estado de la cadena. Cuando el medidor indique que la cadena está desgastada, hay que cambiarla por una nueva.
Neumáticos mal inflados
Sea cual sea el tipo de bicicleta que tengas, uno de los errores más comunes entre los ciclistas y usuarios de bicicletas es no llevar una presión adecuada en las cubiertas. Por exceso o por defecto. Siempre hay que revisar que tienen la presión adecuada. Para ello, empieza comprobando las presiones mínimas y máximas en el flanco de la llanta y después usa una calculadora online como la de Sram o la de Silca para obtener la presión que mejor se adapte a tus neumáticos, peso, terreno, estilo…
Si quieres saber más a qué presión hinchar las ruedas de tu bicicleta, aquí tienes una guía para principiantes con información más detallada sobre cómo influye la presión de los neumáticos en la seguridad y el rendimiento.
