Si hay un tipo de bicicletas que ha destacado en los últimos años, han sido las gravel. A medio camino entre una bici de carretera y una de montaña, pero mucho más cerca de la primera, las ventas de bicis gravel no han parado de crecer. Es un mercado en expansión con mucho impulso del marketing, pero que también da alternativas y respuestas a las necesidades y deseos que tenían y tienen tanto quienes empiezan en el ciclismo como quienes llevan mucho tiempo dando pedales. Los frenos de disco, las geometrías cómodas, los ratios de marchas actuales, la variedad de neumáticos, los sistema de amortiguación y suspensión…todo un desarrollo de tecnología que ha sido potenciado porque hay mercado donde las marcas podemos vender y crecer.
Pero, el gravel no es para todos. Es decir, una bicicleta gravel no es la solución para todo el mundo y todas las necesidades. Nosotros te vamos a dar tres razones por las que una gravel sería tu bici ideal. Aquí van:
Versatilidad y polivalencia
Por comparación, es como una navaja suiza, una bicicleta que puede hacer bien muchas cosas, pero que no es sublime en nada. Su excelencia es su polivalencia. Por asfalto rueda más rápido que una mtb, pero más lento que una de carretera. En una bajada offroad puede ser más rápida o más lenta que una de montaña, todo depende de la dificultad técnica. En caminos y pistas llanas, es rápida y mucho más divertida que una BTT, pero no más cómoda.
Si le sumas un par de ruedas, entonces podrás adaptarte mejor al terreno. Por ejemplo, unas ruedas con neumáticos de carretera, pueden convertir tu bici de gravel en una gran fondo. Por contra, si buscas algo más para terrenos complicados, unas ruedas de 650b te permitirán usar neumáticos más anchos para mejorar la amortiguación, comodidad y agarre en terrenos más técnicos. Pero, todo tiene su límite y nunca llegará a ser igual de buena que una bicicleta de carretera o una mountain bike en su terreno.
Poco espacio
Si vives en un apartamento pequeño o en una casa donde no hay sitio para más, una sola bici gravel para moverte por la ciudad, salir por la carretera, los caminos e incluso hacer cicloturismo o viajes, es la opción ideal. Si, además, como ya hemos comentado, le añades otro par de ruedas, se amplían las posibilidades.
Terreno mixto en tu zona
Por ejemplo, si vives en España, en Tierra de Campos, donde hay carreteras con largas rectas y poco desnivel. Un terreno “aburrido” para muchos, pero que, en cambio, tiene gran variedad de terrenos offroad. Desde pistas forestales y caminos agrícolas, a senderos o veredas, pasando por vías verdes y rutas cicloturistas como la del Canal de Castilla. Aquí, una bici de gravel es una bendición, aunque también hay que decir que una bici de carretera con unas cubiertas de 30-32 de ancho, se desenvuelve bastante bien por muchos de los caminos. Hay que recordar que el primer mundial de gravel se ganó sobre una bicicleta de carretera con el ancho de cubierta mencionado.
Motivos para no comprar una gravel
Como decíamos, las gravel no son para todos. Tienen sus limitaciones y desventajas sobre una mtb y una de carretera en sus respectivos terrenos. Vamos a ver algunas razones que te pueden ayudar a descartar su compra:
- Más lentas en carretera que una de carretera y en terrenos offroad técnicos que las bicicletas de montaña. Solo en determinados terrenos offroad son más rápidas que una MTB.
- Menos eficientes y seguras en descensos y ascensos pronunciados en comparación con las MTB. Sobre todo si careces de experiencia y técnica.
- Si acabas de empezar a andar en bici y quieres meterte por terrenos offroad, vas a estar limitado
- Más incómoda que una MTB con suspensión delantera y, por supuesto, que una doble de XC.
- Una bicicleta de montaña puede cumplir las mismas funciones que una Gravel Bike, incluso en carretera, con las adaptaciones adecuadas. También una gran fondo o endurance, puede servir.
- Más mantenimiento y desgaste que una de carretera porque en terreno offroad toda la bici sufre, pero el asfalto también quema goma.
¿Merece la pena comprar una bici gravel?
Como en casi todo, depende. Aquí van varios factores a tener en cuenta a la hora de decidir si te merece la pena:
Terreno de tu zona
Si vives en una zona como Tierra de Campos, una gravel es ideal. Si, en cambio, no tienes mucho terreno offroad alrededor o este es demasiado técnico, entonces es mejor que pienses en una bici de carretera o una mtb, respectivamente.
¿Tienes bici?
Si tienes una mtb con rueda de 29” y suspensión delantera, puede que solo necesites comprarte unas ruedas nuevas con cubiertas más finas para aproximarte a lo que sería una gravel con manillar plano (menos aerodinámico), pero con la comodidad de la amortiguación. Incluso una mtb antigua, sin suspensión delantera y con rueda de 26” y unos neumáticos finos y sin mucho taqueado, se asemeja bastante a una gravel. Es más, hay gente que piensa que las gravel son las mtb de los 90.
Si tienes una bici de carretera con freno de zapata, comprueba que ancho de neumático puedes poner porque si admite 30-32, te podría servir, aunque no son bicicletas muy comunes. En cambio, en las bicicletas de carretera modernas con freno de disco, es bastante habitual que el ancho máximo llegue hasta 32-34 o incluso más. Con discos y neumáticos de más de 32, se abre mucho terreno offroad con poca dificultad técnica.
Si no tienes bici y lo que quieres es una bici que te permita hacer carretera y offroad sin mucha dificultad técnica, entonces una gravel es una buena compra, pero no es la única. Los modelos de carretera endurance o gran fondo actuales con frenos de disco, pasos de ruedas amplios y geometrías muy cómodas, son otra opción a valorar para ver si cumplen los requisitos de tus necesidades. Por ejemplo, la Domane de Trek o la Endurace de Canyon.
Sales sol@ o en grupeta
Si sales sol@ entonces compra la bici que mejor se adapte a tus necesidades y gusto. Pero, si sales o quieres salir en grupeta y esta es de carretera o de mtb, entonces una gravel puede estar en desventaja respecto a las máquinas del resto de ciclistas.
CONCLUSIONES
En resumen, las Gravel Bike no reemplazan por completo a las bicicletas de carretera o de montaña, excepto en casos excepcionales. Mira a tu alrededor, ¿cuántos caminos, pistas o sendas tienes o conoces por los que andar con una gravel?
Si tienes poco o nada, no lo pienses, una bici de carretera es la mejor compra.
Si tienes mucho offroad y es de poca dificultad, adelante con la gravel, pero no descartes una Gran Fondo último modelo. Sobre todo si vas a hacer 50-50 carretera-offroad.
Si eres principiante y no se te da bien bajar o subir por terrenos offroad, cuidado. Una MTB Hardtail o Doble con poco recorrido en las suspensiones (100-110 mm) es más cómoda, segura y eficiente.
Si el terreno offroad que te rodea es muy técnico y con desnivel, entonces descarta la gravel y busca una bicicleta de montaña. Puede ser una hardtail, pero mejor una doble con 120 de recorrido. Subirás y, sobre todo, bajarás mucho mejor.
Por último, no te olvides de la compañía. Salir solo o en grupo también influye mucho en la compra. En solitario, tú marcas el ritmo, pero en una grupeta de carretera o de montaña, tu bici gravel puede ser un lastre, aunque igual también puedes coger atajos para llegar antes a casa u desviarte para intercalar carretera y offroad.
Piensa que si compras una gravel y la usas en terrenos o grupos para los que ni tú ni la bici están preparados, tu experiencia no va a ser positiva, mental y físicamente. Si no te diviertes y disfrutas de la bici, es muy probable que tu gravel acabe en plataformas de segunda mano o, peor aún, aparcada sin que nadie la use. Al final, aunque la bicicleta no es lo más importante, también influye en cómo vivimos, sufrimos y disfrutamos del ciclismo.